sábado, 31 de enero de 2009

¡NO A LOS CHANTAS!

Día a día me sorprendo más con la capacidad de algunas personas de vivir al borde de la ley. Inventan negocios, crean ilusiones, venden pomadas y sin escrúpulo alguno, se ganan la vida a costa del pago de cosas que nunca cumplen.

Parece que en lo que se refiere al idioma, la cosa es peor.

Aún recuerdo mi primera incursión en la Capacitación en Empresas. Era a través de un personaje extraño, con cara de indio sioux, primer nombre inglés, más chileno que los porotos y modales cortantes. Se presentaba a sí mismo como “Don …”. Para hacer más fácil el cuento, lo vamos a llamar “Don Este”.

Don Este tenía un inglés espantoso, pero se creía mino. Se ganaba la vida proporcionando Capacitación en Idiomas para las empresas. Hacía unas pocas clases él, pero lo que no le tincaba se lo pasaba a sus “profesoras estrellas”, como nos llamaba. Ser profesora estrella implicaba buscar el material, diseñar el curso, pagarse la locomoción, hacer las clases y evaluaciones y al final del mes cruzar los dedos para que pudiera pagarnos. Siempre se quejaba antes de soltar su cheque. Sin querer me fui dando cuenta que por hacer todo el trabajo yo, me estaba pagando una décima parte de lo que él cobraba por hora…y que de paso estaba vendiendo un programa completo de estudios que nunca existió. Un día, Don Este me llamó a las 7 de la mañana, evidentemente ebrio, aunque según él “enfermo del estómago” (a mi nunca se me ha puesto la lengua traposa en esas circunstancias), para que partiera a toda velocidad a hacer una clase al otro lado de la ciudad a reemplazarlo. Tendría que haber tomado un taxi, y de paso ducharme y vestirme arriba del mismo. En ese momento, mientras le decía que no, me decidí a trabajar por mi cuenta.

Han pasado 15 años desde entonces, y aunque los personajes presentan variaciones, me he topado seguidito con muchos chantas en el camino. Y lo que es peor, con las víctimas de los chantas.

Los chantas son variados. Algunos son grandes elefantes blancos que han basado su prestigio en una gran inversión en publicidad. Otros, son pequeños oseznos que venden una pomada por un tiempo, pero pronto desaparecen del mercado por haber caido en las manos de la justicia. Otros, andan sueltos, como tiburones, buscando incautos en las empresas, casi siempre a través de conocidos. Después de “operar” el conocido termina casi siempre desempleado, o por lo menos, con ganas de no recomendar a nadie nunca más en la vida.

Veamos en más detalle:

  1. Elefantes blancos: Generalmente se inician con un gran capital, y el creador siempre vende la historia del pobre inmigrante que tuvo que aprender inglés a martillazos (o a patadas, o con un diccionario en vez de almohada)…la historia sigue con que decidió patentar su método y que nos trae la primicia a Chile (¿alguien sabe por qué siempre se vienen a Chile?). Resultado: abra el diario, la guía de teléfonos, la puerta o el refrigerador, ahí está siempre su propaganda. Cuentan con clientes que han estado años estudiando ahí. Tienen como mil niveles de aprendizaje. Lo que no entiendo por qué esos clientes todavía no pueden hablar inglés…Raro, ¿no?
  2. Oseznos: Estos aparecen de la nada. Un día uno va caminando por el centro y de repente alguien te abraza y te dice que la vida es bella y a los 5 minutos estás firmando 20 pagarés, 10 letras y un testamento donde le dejas todo al instituto de idiomas. A cambio, tu cerebro comenzará a transmitir en frecuencia inglesa en 24 horas más, sólo tienes que asistir a clases regularmente con otros 20 personajes más, comprar el material, firmar esta otra cosita y te regalan un bolso, un monedero, un lápiz pasta fosforecente y un tatuaje en el ombligo. Resultado: Gente en Dicom por cobro adelantado de pagarés y letras, reclamos en distintos portales en Internet. Todavía no tengo el honor de conocer a alguien que haya hecho estos cursos. Sólo conozco gente que los paga sin asistir.
  3. Tiburones: Estos son los peligrosos. Si los oseznos te dejaban endeudado, éstos son capaces de vender tus órganos además. Como normalmente trabajan en solitario, tienen ingresos más reducidos, por lo que tienen más ganas de cazar. Generalmente llegan a ti por un aviso con clases muy baratas. O también a través de un conocido. Se presentan con su camisita blanca y su corbatita (o con una pintita bien a la moda si son mujeres), obviamente con su carpetita bajo el brazo (llena de Curriculums, Certificados de Título, referencias y una pila de fotocopias). Llegan con el cuento aprendido de los Cursos de Inglés, aprendizaje garantizado (¿cómo puedes garantizar un aprendizaje? ¿devuelves al alumno si no te entiende?), modismos, idioms (no, no me faltó una letra, generalmente hablan intercalando palabras en inglés, para hacerse más gringos), y se lanzan con el discurso de los precios por niveles…Que si es más avanzado es más caro, que si es a cierta hora, es más caro, que si es todo en inglés es más caro. Generalmente trabajan con horas pedagógicas (45 minutos) y te fuerzan a hacer 2 horas mínimo por clase. Resultado: lo más útil de las clases fue aprender cómo insultar a tus amigos sin que te entiendan, aprendiste los colores en un libro fotocopiado, te mostraron unas diapositivas con todas las explicaciones gramaticales (si, ¡para eso tuviste que arrendar un datashow!) y te pegaron una estrellita en el cuaderno por hacer la tarea. Ahora optaste por inscribirte en un instituto, porque estás convencido que eres demasiado obtuso para aprender inglés.

Y así se va rotando la gente por todo el sistema: de Elefante blanco a osezno a tiburón, a elefante blanco de nuevo. Cada cierto tiempo, alguien rompe el círculo, analiza lo que quiere y cómo quiere aprender y se lanza a buscar a alguien que le enseñe y no lo engrupa. Aquí es donde empiezan a escuchar las recomendaciones de los amigos...igual pueden pasar años en esa búsqueda...

No importa, sigan buscando, aquí los espero.


Un abrazo,

Lucía



lunes, 26 de enero de 2009

¿POR QUE NO UN GRINGO?


Trabajar de manera continua ya es difícil en mi rubro, pues los cursos vienen y van y generalmente terminan cuando uno más necesita generar ingresos…a fin de año. Así empieza la búsqueda de pegas alternativas que nos socorran en los meses de calor, que para nuestro bolsillo, son los más helados. Pero para hacer las cosas más complicadas, en muchas ocasiones se cierra la posibilidad de un buen curso por esa típica frase rompe-ilusiones: “Yo quiero clases con un gringo…”

Desde el día 1 en que comencé este trabajo hasta la semana recién pasada me he topado constantemente con esa frasecita tonta que me da lata, me da pica y me dan ganas de cambiar de nacionalidad por unos 3 meses no más.

Y no es que tenga algo contra los gringos, ni me da lata que sean mi competencia. Lo que me da lata es que a la gente le cueste tanto entender algo muy simple: LA MAYORIA DE LOS GRINGOS NO SABE ENSEÑAR INGLES.

Insisto, no hablo de picada, tengo mis fundamentos, y los que conocen el rubro me van a encontrar la razón. ¿Cómo que en qué me baso? En lo siguiente, fácil:


  1. La gran mayoría de los gringos (insisto, no todos) que enseñan inglés en Chile vienen de paso por unos meses y buscan ganarse unos pesos para abaratar los costos del viaje. Se presentan en un instituto u Otec, los entrevistan y los capacitan una semana y los envían generalmente a los clientes más importantes…para lucirse con los relatores internacionales.
  2. El nivel cultural de estos gringos que menciono en general es bastante mediocre. Les falta vocabulario, tienen muuuuchas faltas de ortografía, y a falta de léxico apropiado muchas veces se sacan el pillo enseñando todos los garabatos que se saben en inglés. En realidad, en más de una ocasión he discutido esto con mis colegas, y literalmente es como poner a un flayte a enseñar español…a ejecutivos. Los pobres alumnos no se dan ni cuenta.
  3. La mayor parte de estos gringos no sabe cómo enseñar. Nadie les indicó nunca cómo se van introduciendo de manera progresiva los conocimientos en la cabecita de los alumnos. Nadie les enseñó de metodología, ni de contenidos gramaticales, ni de funciones lingüísticas, ni tampoco de cómo enseñar pronunciación. No saben qué errores esperar, cuáles evitar, cómo corregirlos. No saben que cuando uno está al frente tiene que estar preparado para cualquier eventualidad sin perder el control ni el objetivo fundamental de la clase. No saben enfrentar las dudas tampoco. Varias veces me ha tocado supervisar a gringos, y la gran respuesta que dan para explicar algo es “porque es así”. A mi (como a todos los profes de inglés) me entrenaron 5 años para NO dar esa respuesta. Tuve que aprender cómo hablamos español, cómo aprendemos inglés, por qué nos cuesta y cómo podríamos llegarlo a hablar…aprendí los errores tipicos y los no tanto, los sonidos que cuestan, las palabras engañosas, los ejercicios que ayudan en casos extremos, las actividades más enriquecedoras, y un sinfín de cosas que no alcanzo a nombrar acá. Un gringo apurado sabe que en Chile le decimos gringos a todos los que vienen de un país de habla inglesa…
  4. Son fomes. Para enseñar lo más típico que se les ocurre es llegar con un diario en inglés, una fotocopia. Se la pasan a su alumno-víctima para que la lea. Luego comentan lo leído. O sea, zzzzzzzzz…¿qué más puedo decir? ¡Y una que se vuelve mono buscando libros, canciones, diálogos, películas, chistes, ejercicios interactivos, softwares y cosas varias para que la clase no destiña!

Pero ésa es la realidad. Son mi competencia. Tienen muchas fallas, pero también muchos adeptos. Y después de 3 o 4 experiencias de “tuve-un-profe-gringo-pero-no-resultó”, ELLOS, los benditos alumnos vienen a mí. Mansitos, llenos de trancas, dan pena algunos. Ahí yo sonrío y me preparo mentalmente: “hay que entrar a picar…”


Un abrazo,


Lucía


sábado, 17 de enero de 2009

¿TIENE CODIGO SENCE?


No hay caso. Empecé el año con la misma pesadilla de siempre: tratando de convencer a a un posible cliente-alumno de que todos mis cursos se pueden hacer por SENCE. Eso me va a llevar su tiempo y al final no sé en qué vamos a quedar. Y no es porque no sea cierto, tampoco es porque el asunto sea difícil de entender…pero siempre termino dándome de cabezazos con la misma barrera: Recursos Humanos.

Yo no sé qué pasa, pero en todos mis años de circo me he encontrado con cada especimen a cargo del área de capacitación…(y aquí que me perdonen todos los honorables Jefes de Recursos Humanos que sí saben hacer su trabajo…yo hablo de los que no). Les voy a explicar:

Casi todas las empresas (que tributan en 1ª categoría) tienen derecho a capacitar a sus trabajadores. Para eso, hay 2 formas…(DOS, no una, ni una y media, ni una tres cuartos)…La más conocida es contratando el curso que necesite a una OTEC y la segunda es ORGANIZANDO UN CURSO INTERNO DE EMPRESA. En este caso, la empresa contrata a un relator (interno si es de su misma empresa o externo si viene de afuera de la empresa, como yo). Fácil y bonito. Obviamente que hay algunas diferencias:

  1. Curso contratado con OTEC: El curso ya está aprobado por SENCE y tiene un código que lo identifica. Aquí todo el papeleo lo realiza el OTEC. Generalmente son caros, porque hay muchos costos fijos que los OTEC deben solventar.
  2. Curso interno de empresa: El curso necesita aprobación de SENCE. Aquí la empresa hace todo el papeleo, y cuando el SENCE lo aprueba, le da su código identificador, pero para usarlo una sola vez. El trato es directo entre el relator y la empresa…harto más barato que con un OTEC de por medio, sólo lo que cobra el relator.

¿Ven? No tiene ninguna complicación. Lo malo es que cada vez que le cuento esto a mi alumno-potencial y lo comunica al área de capacitación, se ponen nerviosos, se demoran una semana haciendo llamados para todos lados y al final no saben qué hacer. Yo empecé trabajando para un OTEC y todos estos años he sobrevivido gracias a los cursos internos de empresa, así es que a estas alturas me hago hasta trencitas con el cuento. ¡PERO LA GENTE DE CAPACITACION DE LAS EMPRESAS NO TIENE IDEA! Para qué decir el resto de los trabajadores…

Le he buscado hartas explicaciones a esto, y para variar saqué mis propias conclusiones:

a) La gente de capacitación (insisto, salvando las honrosas excepciones) no tiene idea de trabajar con Sence. Toda la normativa y los procedimientos están en la página del Sence, uno los puede bajar, imprimir, averiguar por teléfono, ir para allá, etc. La información es un poco latera, pero es fácil de entender. Hagan una prueba: Pregúntenle algo de esto a la gente de capacitación…altiro los van a llamar por la otra línea, o van a ver pasar volando a Farkas por la ventana o se van a desmayar para no responder la pregunta...se los doy firmado. Obviamente si ellos no saben, menos va a saber el resto de la gente que trabaja en la empresa.

b) Gran cantidad de empresas veneran y siguen fervorosamente a los OTIC. No, no se comen. Los OTIC son organismos SIN FINES DE LUCRO que “guían” a las empresas en esto de la capacitación. Sin embargo, tener un OTIC es excelente negocio…porque son dueños de uno o varios OTEC, y cuando alguien quiere por casualidad hacer un curso interno de empresa, ellos “arriendan” el famoso código a la empresa y lo hacen pasar como que el curso lo hizo el OTEC (tienen inscritos cursos de todo tipo)…la tajada que se llevan es de entre un 5 y un 10% del valor que cobre el relator. Si no les gusta, dicen que otra forma es imposible, total para eso les hicieron firmar un contrato.

c) La gente de capacitación (con las excepciones que dije) no tiene idea de trabajar con Sence. Sí, lo puse dos veces, porque me parece espantoso.


Ahora que me estoy lanzando con mi propio OTEC voy a pasar menos malos ratos de este tipo, pero de seguro me van a aparecer otros. Entretanto, cuando me salgan de nuevo con la preguntita de si mi curso tiene código Sence, obligada a respirar hondo y tomarme un antiácido…total yo sé que tienen código igual.

Un abrazo,

Lucía


lunes, 12 de enero de 2009

LO BARATO CUESTA CARO


Una de las grandes desventajas de mi vida profesional es el tener que batallar constantemente con mis clientes para convencerlos de pagar un precio justo. Ya sean clases particulares o a empresas, siempre hay uno o varios clientes que encuentran que mis servicios son caros.

Yo, por otro lado, estoy convencida de lo contrario. De hecho, he mantenido el mismo precio/ hora por más de 10 años, y que yo sepa, todavía no me he hecho millonaria.

Yo creo que todo está en cómo mira cada uno este asunto de las clases: Mirado desde el punto de vista del cliente, pagar diez mil pesos por hora, dos veces por semana, es caro. Con eso pagan un mes de bencina, o se compran un par de zapatillas o una chaqueta…Mirado desde el punto de vista mío, es barato, porque lo que están aprendiendo les permitirá incrementar sus ingresos hasta en un 100%. Con un par de zapatillas nuevas no van a causar ninguna impresión en una multinacional. Pero sí pueden encontrar un nuevo trabajo mucho mejor remunerado.

De todas maneras, la parte de concretar el tema de las clases para mí es una tortura. La conversación típica que se produce es: -“Me interesa, pero el precio es muy caro…¿no me podrías hacer una rebajita?”...A eso yo respondo: -“Me encantaría, pero no puedo. Mis honorarios incluyen material, asesoría permanente y horario flexible, clases personalizadas y a domicilio...”. Ahí es donde contra-atacan y me dicen: -“Sí, pero en internet yo he visto avisos en que te ofrecen clases hasta por 3 lucas, curso individual”…Ahí es donde tengo que usar todo mi poder de convencimiento y explicarles que a veces esos avisos los ponen estudiantes o gringos que nunca han enseñado. Que los cursos grupales en algunos institutos a veces tienen a 18 personas tratando de captar la atención del profesor y que a la larga lo que invertirìan conmigo en un par de meses, lo terminan pagando en cursos que duran 2 o 3 años. Pero igual a veces no pescan.

En fin, a la vuelta de los años, me vuelvo a topar con la misma gente, que han tomado las clases de 3 lucas. Ahí la conversación es distinta. Después de contarnos cómo estamos y qué fue de nosotros, me dicen lo siguiente: -“Fíjate que he tomado como 4 cursos de inglés, pero no aprendí nada…en realidad, yo entiendo lo que me dicen, pero como que no sé cómo formar las frases para hablar…¿Y tú cuánto me cobrarías por las clases?”. Ahí es donde me hago la lesa, como que nunca negociamos antes, y les doy el precio. La respuesta no se hace esperar: “Mmmm….en realidad me interesa…pero igual lo encuentro un poco caro…¿no podrías hacerme una rebajita…?”

Un abrazo,

Lucía

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sábado, 10 de enero de 2009

¿CUAL ES LA DIFERENCIA?




El mercado de la capacitación en inglés está plagado de promesas acerca de un aprendizaje casi mágico una vez que firmas el correspondiente contrato.
No hay que ser muy entendido para darse cuenta de que todos se declaran "expertos" en el tema, y en muchos lugares a donde vas, están siempre listos para mostrarte una pila de recomendaciones, fotografías, y textos multicolores, carpetas, cuadernillos y un sinfín de elementos que pretenden "avalar" su calidad.
Sin embargo, en casi 16 años trabajando para el sistema, como simple relatora (entiéndase la Profesora que realmente tiene que hacer las clases), me he dado cuenta que no sólo “no todo lo que brilla es oro”, sino que además, A VECES TIENE UNA PELICULA DE ESMALTE TRANSPARENTE ENCIMA...Me ha tocado conocer por distintos medios a un sinfín de institutos, escuelas de idiomas, centros de capacitación y hasta universidades, y con contadas excepciones, la calidad promedio que ofrecen es MALA (sí, con mayúscula).

Tengo mis propias teorías al respecto para tan mala calidad:

Una, es que los creadores del instituto o centro de capacitación (el título da lo mismo, pues es nombre de fantasía al fin y al cabo) no tienen idea de enseñanza…el asunto es tener un negocio rentable y lo que importa es hacerse mucha publicidad para asegurarse la entrada constante de dinero a costa de los incautos.

Dos, que utilizan un enfoque equivocado con respecto a los cursos. Esto es, deciden desde el principio el método, el texto y los medios didácticos (si es que usan alguno), sin considerar las necesidades y diferencias individuales de sus alumnos-clientes-víctimas Y SIN HACER VARIACIONES…así es como después de tomar 5 años de cursos de inglés seguidos, todavía hay personas QUE NO PUEDEN HABLAR INGLES!!! ¿Por qué? Simple: el método no les acomodó, o no les gustó el texto, o se llenó de nuevas trancas en el camino.

Tres, que venden un curso y emplean a relatores que tienen que venir con su propio material y método…(ojo: aquí no puse Profesores, porque muchos emplean a gringos de paso por el país o a personas que hablan inglés pero no tienen su título de profesor). Este es el caso más dramático, porque aquí no se realiza ninguna labor de supervisión de lo que se está haciendo, cómo se está enseñando o si la persona está aprendiendo…(¡horror!)

Cuatro, todas las anteriores.

Debo decir que sí hay instituciones que realmente entregan un trabajo confiable, de calidad pura, pero siendo honesta…son los menos.

¿Y CUAL ES LA DIFERENCIA, si todos se presentan con la misma sonrisita, la misma carpetita y el mismo Powerpoint? La diferencia está en el CONTENIDO de lo que se vende…

1. Relatores : Deben ser experimentados, con un nivel de inglés excelente (si su inglés suena como Cantinflas, es muy mala señal)

2. Metodología: Debe tener objetivos claros y precisos, yendo de lo más básico a lo más difícil. Debe incluir actividades variadas por cada aspecto a enseñar, INCORPORAR TECNOLOGÍA (la pizarrita blanca y el diario en inglés no motivan a nadie!!!), no basarse en puras repeticiones (para eso mejor comprarse un loro gringo) y sobretodo ADAPTARSE A LO QUE EL ALUMNO QUIERE Y NECESITA APRENDER. Si no es así, huya.

3. Material: Debe ser muy variado y de acuerdo a las necesidades de los alumnos. Si le están ofreciendo el mismo libro que usó en la universidad o en el colegio, es mejor que se invente una reunión urgente y salga rápido de ahí.

4. Número de alumnos: Debe trabajarse con grupos pequeños (mejor provecho de la hora/clase para el alumno) y HOMOGENEOS…si no hacen prueba de diagnóstico y tiene a 3 personas que se lo hablan todo y a dos que no saben ni decir Chile en inglés, ESTO NO VA A RESULTAR…

Por eso, si está pensando en contratar un curso de capacitación para su empresa, investigue bien primero, y hágalo solito (las famosas OTIC tienen sus propias OTEC, recuerde). La franquicia Sence la va a usar igual, pero si elige sólo por el nombre, o porque tienen convenio con los bomberos o porque le regalaron un flotador con el logo, puede convertirse en el dinero peor invertido de su vida. Pero si se fija en los 4 puntos que ya mencioné, de seguro va a poder hacer una buena elección. El mismo consejo corre para los particulares, así es que, a estudiar donde no los hagan lesos.

Un abrazo,

Lucía


sábado, 3 de enero de 2009







¡Hola!

Bienvenido a mi blog.

Si te interesa aprender inglés y estás cansado de lo mismo, te invito a conocer mi mundo. Aquí vas a encontrar un poco de todo, pero principalmente, una forma distinta de enfocar el idioma para que deje de ser un sufrimiento y te permita aprender o practicar lo que ya sabes con temas actuales y gente real.

Con el correr de los años me he dado cuenta de que aprender inglés en nuestro país tiene un esquema demasiado rígido y le falta creatividad.

Normalmente la gente que enseña inglés (profesionales o no) tienden a ceñirse por un texto que siguen al pie de la letra. Una vez terminado el texto, se terminó el curso y el alumno queda en un estado de limbo y con una sensación de tiempo y dinero perdido.

He visto muchísimos casos de personas que han estudiado inglés por años y no logran pasar del nivel básico.

En el mercado hay muchos institutos que ofrecen maravillas, también hay profesores que ofrecen fórmulas mágicas para aprender…pero los resultados siguen siendo los mismos…!

Por eso es que me decidí a hacer algo…es un pequeño grano de arena, pero al menos en mi pedacito de mundo, ha dado excelentes resultados. Lo que hice fue enfocarme en las personas: analizar sus necesidades y sus capacidades y en base a eso diseñar un curso que le calce a la perfección.

Trabajo en base a sus objetivos personales y profesionales y eso lo adapto a su nivel real del idioma.

El resultado es un curso 100% a la medida de mis alumnos con un enfoque absolutamente comunicativo y relacionado directamente con lo que ellos necesitan utilizar.

Te invito a que conozcas más de mi trabajo y que aportes tus ideas u opiniones, a fin de que poco a poco encontremos una forma de derribar más rápido la barrera del inglés en Chile.

Un abrazo


Lucía
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