miércoles, 10 de febrero de 2010

LO BUENO DEL 14 DE FEBRERO


No puedo dejar de admitir que el famoso "Día de los Enamorados" tiene su gracia. Bueno, hartas gracias en verdad. Independientemente de si estás en pareja o no, una gran parte del mundo occidental hace una tregua cada 14 de Febrero entre las odiosidades cotidianas y se regala un día de tranquilidad, buena onda, cariños varios. rica comida, regalos significativos y la mayor cantidad de arrumacos posibles. Es el día en que todos miran para el lado, y la vieja mañosa ya no se ve tan vieja y sus mañas parecen hasta sexys...por otro lado, el troglodita amurrado ya no se ve tan fofo y hasta huele rico ese día.

En gringolandia se regalan tarjetitas hasta entre los miembros de la familia y compañeros de clase...los más romanticones preparan cenas especiales y si se atreven, se lanzan con todo y plantan rodilla al suelo para aprovechar de pedir matrimonio. Ta claro (sí, puse "ta" no más, no la palabra completa) que la mayoría de las veces la respuesta es un sonoro "Yes!" (sorry, no podía poner "sí", ¿no ven que estaba hablando de los gringos?). Acá en Chile la cosa es tal vez un poco más producida. Como que estamos acostumbrándonos a comprarlo todo hecho, y ya van quedando pocos que se esmeran en preparar tarjetitas, pastelitos y cositas ricas con las propias manos...sale más fácil partir al mall y comprar toda la parafernalia lista, si es que están disponibles las lucas. Si el bolsillo está haciendo eco y no ha salido nada productivo de ahí en un tiempo, entonces siempre salvan las flores de a luca. Y después, cuando los preparativos están OK, vienen el momento del romance...Wow! Yupi! Viva! Andale, ándale...! (¿por qué me acordé de Speedy González?...la mente puede ser muy curiosa...)
Al final la idea es siempre la misma: transformar ese día en un día mágico, donde reviva el romance y "el odiado" le diga a "la odiosa" que pucha que la quiere...y viceversa. Los beneficios son muchos, claro que no todos al mismo tiempo, porque todo al fin depende de la categoría en que uno se encuentre (o la clasificación en el ranking).

La importancia del día en cuestión y las ganancias a calcular el día después no pueden dejarse de lado. Si bien todos ganas, hay 3 grupos mayoritarios que sacan el mayor provecho de esta celebración. De más a menos, de "maravillosa celebración" a "igual salva", yo por lo menos veo lo siguiente:

LOS QUE VEN EN EL 14 DE FEBRERO UNA RENOVACION DEL AMOR: No puedo dejar de lado a las estrellas del grupo. A fin de cuentas, para ellos se inventó la celebración. Ellos son los que más se preparan, más lo celebran y más le sacan provecho. Empiezan como un mes antes (o 2 meses antes o 6 meses antes...) a pensar en "EL" regalo y "LA" celebración. Normalmente son mujeres, que buscan un segundo cuento de hadas después del matrimonio o una "sinopsis" del mundo de Barbie que les espera. Preparan las flores, los chocolates, los globos, los corazones, las tarjetitas y el regalo soñado: la buena polera....(sorry, ¿han visto regalo más fome? los hombres necesitan más cosas también...), o el reloj grabado, el pasaje a Cancún, o una copia de la primera copia existente del poema que él leyó cuando iba en Kinder. Si se trata de hombres, entonces recurrirán a todos los consejos del mundo o a una simple idea fija y genial: el resultado puede ser desde un viaje en helicóptero para proponer matrimonio en el aire con música en vivo de un violinista amarrado a la hélice (¿le puse mucho?) hasta adornar con luces de árbol de pascua un cerro para formar un corazón o el nombre de "ELLA". ¡Pucha que disfrutan este día los de este grupo! Y sienten mariposas en la guata y se dicen cosas lindas y andan como caluga hasta la semana siguiente...¡Qué maravilla!

Hay otro grupo: LOS QUE SE ACUERDAN DE CHIRIPAZO Y APROVECHAN EL VUELO: Estos son generalmente parejas que no se pescan en todo el año, o si se pescan son para decirse puras cosas desagradables, se miran con cara de dolor de guata y en los casos más dramáticos, se agarran a coscachos cuando pueden. Pero, reaccionan como con resorte este día, y el pastel (entiéndase como "el odiado") llega a la casa con una rosa medio navegada y un buen globo inflado con helio que dice "I LOVE YOU" medio pasado a trago. Ella, estrena negligé que la deja bien pechugona y hace notar las 4 horas que se pasó en la peluquería. ¡Claro que ellos disfrutan ese día a concho! Las peleas son más suaves y se manda a los cabros chicos luego a acostarse. Posiblemente sientan mariposas en la guata, se dirán algunas cosas "sepsis" y juguetonas, y al otro día amanecerán más contentos que Tomás González con colchoneta nueva.

Me queda otro grupo todavía: LOS QUE NO SE ACORDARON, PERO DISIMULAN Y SIGUEN LA CORRIENTE: Estos son más pillos. Para ellos el 14 de Febrero es sólo un día comercial. No pescan, por ende, no se acuerdan. Pero cuando llegan a la casa o cuando los llama la polola (aquí son casi todos hombres, así es que no voy a mencionar los escuálidos casos femeninos), se dan cuenta altiro que ella "se las trae". Si está cariñosita y regalona, si está más perfumadita y puso "la mercadería" más a la vista, es que se acerca un momento importante...ahí parten raudos al ESSO Market y vuelven triunfantes, como si siempre hubieran sabido lo que celebraban. Total por todos lados venden cosas que les salven la velada, entonces atinan con los lógicos bombones, una botella de trago y una rosa (¡benditas rosas! ¡cuántos asesinatos se han evitado gracias a ustedes!). Como no destiñeron, les toca premio: regaloneo hasta el día siguiente, y posiblemente se feliciten toda la semana por haberse acordado de...bah, ¿qué día era?

Sí, no se puede negar que el 14 de Febrero tiene sus cosas buenas. Parejas que se aman, parejas que se quieren, que se gustan o se soportan, todos disfrutan de una u otra forma de un momento de unión, de relajo, de cosas agradables y de uno que otro voto renovado de amor. Vuelve la armonía y muchos de seguro vuelven a ver en el perico (o perica) que comparte su cama a aquel ser que les llenaba todos los espejos y sin el que (según Bam Bam) "no encontraban sholushión a shu respirashión".
¡No hay caso, pucha que es lindo el amor!

Un abrazo,

Lucía