sábado, 11 de julio de 2009

¿HASTA DONDE TE AUTOSABOTEAS?



Hace tiempo que no escribía acá...básicamente porque he estado ocupada con artículos para otros sitios y una buena cantidad de clases. Pero, decidí darme un respiro, y aportar otro poco de datos útiles para quienes decidieron hacer algo con su segundo idioma.

Últimamente me he encontrado con muchas personas que ya van por su quinto o sexto curso de inglés y todavía no pueden dominarlo. Peor aún, el día de la entrevista parten advirtiéndome que ellos son posiblemente un caso perdido, porque el inglés "no les entra".

Ya he hablado de que hay un montón de especímenes chantas en el mercado ofreciendo cosas que no se cumplen. Eso es cierto y reafirmo todo lo dicho. Pero también hay otro factor vital que considerar: EL AUTOSABOTAJE. Existe un grupo graaaaaaande de personas que son "dificilitos", ya vienen programados así, y son los que en muchos casos te hacen salir canas verdes. La experiencia me ha enseñado que los casos más complicados son éstos, porque son los que avanzan más lento, te hacen pasar por un proceso de culpa, alargan los cursos indefinidamente y en muchos casos abandonan sin que puedas encontrar claramente la razón de la falla. Gracias a Dios también tienen remedio, pero hay que hacerles casi un lavado de cerebro en el proceso.

Básicamente, la dificultad que tienen estos personajes para aprender el idioma se basa en su propia actitud. Consciente o inconscientemente están haciendo todo lo que no tienen que hacer para avanzar. O sea, se sabotean a sí mismos, durante la clase, con la práctica extra clase y en todo momento en que podrían avanzar. De paso, transforman la hora de la clase en una pequeña tortura para el profesor a cargo y para más remate te hacen salir de ahí con un sentimiento de culpa. Generalmente son personas bastante simpáticas (hay excepciones, believe me!), hablan mucho de lo ocupados que están siempre y de las ganas que tienen de "finiquitar el tema" (¡hasta con eso te están diciendo que quieren deshacerse del idioma, pagar lo que corresponda y no saber más del inglés!) y tienen un historial de fracasos lingüísticos virtuales, porque pagaron varios cursos y nunca fueron a clases...

Pero, ¿qué es lo que hacen estos personajes para que el idioma no les entre por ningún lado? Varias cosas para autosabotearse, y como verán, elaboré la lista correspondiente:

1. SUSPENDER CLASES TUPIDO Y PAREJO: Hasta los tratamientos reductivos tienen su proceso. Si pretendes aprender un idioma, con mayor razón. Ese proceso se puede intensificar, se puede extender o acortar en el tiempo, pero si lo dejas trunco, no hay forma en que funcione. Por otro lado, cada clase cancelada es un paso atrás, pues hay que partir de nuevo o por lo menos revisar lo último que se vio, lo que igual te hace perder el tiempo. Cada clase tiene un propósito, y eso implica aprender algo nuevo, practicarlo y dejarlo que se asiente en tu cerebro. Si no vas, a un 20% de las clases, pierdes un 20% de los contenidos, de las prácticas y el proceso normal de aprendizaje se va de shopping al mall...o sea, se pierde.

2. DEJAR QUE INTERRUMPAN LA CLASE: Esto habla de tus prioridades. Si dices que aprender inglés es IMPORTANTE, por la razón que sea, no puedes estar todo el rato contestando el teléfono, el MSN, dejando que entre gente a la oficina para preguntarte si almorzaste, salir a lavarte los dientes o lo que se te ocurra. Aparte de demostrar con acciones que la clase no te interesa nada y de faltarle el respeto a la persona que te está enseñando, estás saboteando de manera alarmante tu nivel de concentración. Cada corte en la clase es como pararse, darse una vuelta por la cuadra y volver. ¿Cuánta concentración te queda sobre el tema que estabas viendo en la clase? Cuenta cada interrupción como media clase menos...¿cuántas clases te van quedando para el fin del curso?

3. NO TOMAR NOTA: OK. Si fueras un genio, ya se notaría y probablemente no necesitarías de un curso ¿verdad? Bueno, y qué te hace pensar que vas a recordar cada cosa importante que se trate en las clases y para más remate sepas usarla en el contexto correcto y con la pronunciación que corresponda, la próxima vez que se necesite? Por algo todavía existen los cuadernos...de hecho, hay un proceso mental bastante interesante que te permite recordar y aprender mejor lo que escribes...así es que si eres normalito como yo y como cualquier persona común que quiere aprender inglés, vas a necesitar uno que otro apunte, especialmente en términos de vocabulario y pronunciación. Hacer lo contrario es un sabotaje espantoso...y lo vas a notar rapidito.

4. CUESTIONAR TODO: La primera premisa aquí es que el alumno debe mantener la mente abierta a lo que le enseña alguien que lleva más tiempo en el tema. Cuando empezaste con esto, el idioma ya estaba hecho, resistirte a usar nuevas expresiones o no incorporar las palabras que aprendiste no te va a hacer avanzar, ¿o sí? Si te dan todas las estructuras, reglas y usos y tú decides que no te gustan y no los vas a usar, es el sabotaje más grande de todos...Si no corriges lo que está mal, no hay avance, si no hay avance, ni te atrevas a echarle la culpa al profesor...le puedes provocar un ataque suicida.

5. NO HACER LOS EJERCICIOS: Aquí es donde aparecen las chivas más creativas. Los alumnos inventan cualquier cosa para evadir las tareas y los ejercicios extra clases. Los ejercicios son para practicar e internalizar lo que te enseñaron. Si no practicas, recuerda que el profesor ya sabe inglés y recibe sus honorarios igual...¿quién es el que está perdiendo su tiempo?

Créanlo o no, la cantidad de "dificilitos" es alarmante. La mayoría son ejecutivos que usan el idioma obligatoriamente en su pega, y que podrían destacar más, pero el inglés los frena...De seguro se ha transformado en una tortura y ya no quieren seguir postergando la resolución del problema...así es que deciden hacer un último intento...pero si no "atinan" y modifican las acciones que los están llevando al fracaso con su inglés, de seguro van a volver a abandonar el curso.

Más de alguien se sentirá identificado con estas conductas, o por último por el perfil profesional...lo que es yo, sin querer he recibido un tratamiento intensivo estos últimos meses para lidiar con estos personajes. Me he tenido que poner más estricta y cantar las cosas claras desde un principio, pero gracias a Dios, me ha resultado. Es increíble cómo con unos pocos cambios y reglas, los dificilitos ganaron en concentración y mayor uso de lo que les estaba enseñando...También me ha servido para no sentirme culpable por no avanzar más rápido con algunos y de frentón para deshacerme de aquellos casos que no pretenden cambiar. Me puse más selectiva, y aún no tengo claro si eso es bueno, pero sí estoy segura de que me siento más feliz.

En cuanto a los prospectos, "si Ud. o algún familiar se siente identificado con alguno de los síntomas descritos en el artículo, pero no está ni ahí con cambiar, llame a la competencia, yo me quedo con los que de verdad quieren aprender".

Un abrazo,

Lucía

domingo, 10 de mayo de 2009

LA TELETON DURA SOLO UN DIA




Mala pata. Justo cuando juraba que iba a batir mi propio récord, pisé un adoquín que estaba quebrado y terminé con un lindo y morado esguince en el pie izquierdo. Desde hace 8 días que recorro todo Santiago con una poco sexy bota de yeso hasta la rodilla, y un cadencioso movimiento de caderas como si tuviera distemper y me ha tocado pasar una cantidad de rabias increíble.
No es la primera vez que ando coja, porque soy hiper-laxa (entiéndase "demasiado elástica"), una condición ideal para practicar gimnasia olímpica y recoger cosas del suelo, pero que hace que uno se lesione a cada rato, porque todo se estira en exceso. Tampoco es la primera vez que tengo que recorrer todo Santiago rengueando, porque como trabajo a honorarios (ay de mi), si no trabajo, no produzco, y si no produzco, no como. En fin, gracias a estos "tours" de cojera, me he topado con una realidad muy incómoda, que me llena de rabia y me hace condolerme más aún de la gente de la tercera edad o de quienes tienen que vivir su vida amarrados a un par de bastones o una silla de ruedas...
Y es que la gente es insufrible!!! Mejor dicho, Santiago es insufrible para una persona con alguna discapacidad. Todo está mal hecho. Empezando por la gente.

-Te paras en una esquina para tratar de cruzar, y el pavimento tiene unas pseudo rampas que son para matar a cualquiera. O te caes de bruces y te vuelas cuatro dientes o te afirmas del primer poste que encuentres. y pareces curado a las 7 de la mañana. Para más remate, el semáforo está programado para dejarte justo a unos 10 metros de la otra orilla, así es que tienes que apurar el tranco CON UN PIE, porque los autos y micros igual se te tiran encima...para qué decir si es invierno y ha llovido. Nadie te libra del tsunami que te fabrican a propósito, donde te dejan mojado hasta por la pared de enfrente.

-Trata de viajar en micro...camina con yeso o con bastón 4 cuadras para tomar una micro que va llena, cruza la mitad de la micro por un pasillo donde sólo cabe gente flaquita, pero siempre hay una gorda atascada y un gil con una mochila. Llegas al sector de los asientos preferenciales después de colgarte de dos manillas que apenas alcanzas (gracias Dios mío por haber hecho gimnasia cuando chica!) y...no te pescan!!! Tienes que pedir por favor, por favor, por favor, que te den el asiento, y si están de malas, se hacen los sordos no más. He tenido que viajar hasta 30 minutos parada en una pata porque alguien no me quiso dar el asiento (conste que son varios asientos naranjos). Bajar es otro triunfo, porque los choferes se saltan los paraderos y de repente no te esperan. También me he quedado atrapada entre las puertas porque el chofer me dejó como sanguche al cerrarlas antes de tiempo (sí, hasta yo me reí de lo ridículo que es quedar con una pata adentro y otra pata y un bastón afuera ).

-Trata de viajar en metro...si por una de esas casualidades de la vida tiene ascensor, minas con tacos, familias completas o gente floja no más, se acaparan la entrada y sonaste. El otro día en el metro Tobalaba una vieja gorda que hace el aseo me tiró para abajo, porque había sobrepeso...por supuesto ella bajó en el ascensor junto con un montón de veteranas, estaba sanita y no lo estaba limpiando!!! En fin, si logras llegar abajo, pasas tu tarjeta bip y cuack...tres tramos de escaleras hasta llegar al andén. Entremedio, la gente pasa rajada y si no te afirmas con las 2 manos, bajas de cabeza. Te subes al metro, por supuesto LLENO y empieza tu pesadilla para tratar de sentarte (aquí aclaro que para alguien enyesado, con un bastón, con una venda o cualquier lesión, viajar de pie es peligroso, pues todo el peso del cuerpo tiene que sostenerse en una extremidad si se trata de un pie, o te puedes caer y lesionarte de manera mucho más grave si es un brazo...cualquiera de las alternativas es igualmente dolorosa e incómoda). Ahí de frentón hay que volverse pedigüeño. Son muchos los que estando sentados te miran el yeso de arriba a abajo, y ponen cara de "pucha la custión pa fea". Pero se quedan sentaditos. Hace unos días le pedí el asiento a una joven que iba de brazos cruzados escuchando música, fui súper amable, pero me preguntó: "Y por qué????". Cuando le dije que lo necesitaba porque estoy enyesada, me dio una mirada fulminante y se demoró exactamente 22 segundos en hacer otro movimiento...así es que tuve que aguantarme una buena frenada que casi me bota. Se paró de mala gana y me debe haber odiado todo el camino...de hecho, me miró tanto rato que estoy segura que estaba tratando de hipnotizarme para hacer que yo saltara por la ventana.

-Trata de moverte por cualquier calle. La gente pasa soplada por tu lado, te dejan como puerta giratoria o esperan que tú les hagas el quite si vienen de frente...o sea, si te cuesta caminar pa'delante, imagina lo que es caminar p'al lado y reaccionar a tiempo. Si vienen por detrás, te chocan igual, y te hacen perder el equilibrio. De todas maneras, de frente es siempre peor. Aquí las más odiosas son las mujeres con coche (cómo las detesto, Dios mío!!!). Ellas aceleran y no cambian el rumbo, aunque eso signifique que te pasen las ruedas por arriba del pie lesionado. Me pasó unos años atrás...y todavía la tipa me quedó mirando feo.

-Trata de comprar en el supermercado. Te pasan a llevar con el carro, la fila preferencial es la más llena (es increíble la cantidad de hombres embarazados en este país!!!!) y todos eligen pasar por tu lado para entrar...no importa si te dan un codazo que te deje sin respirar. Y típico que el empacador te pasa 10 bolsitas distintas que no sabes en qué mano poner.

-Trata de comprar en cualquier tienda. Siempre atienden al que mete más bulla primero. Los otros clientes te miran el bastón, o el yeso, o el cabestrillo, siempre con cara de "pucha la mina cuática", pero siguen en su puesto. Nadie te ayuda ni siquiera a sujetar las bolsas.

Tengo una cantidad impresionante de historias de este tipo. Me carga eso de tener que andar reclamando en todos lados, así es que muchas veces me quedo callada. Pero cuando llego a alegar a los encargados de mantener el orden en cada lugar (llámese guardias, supervisores, gerentes de turno, etc.), la respuesta es la misma: "No se imagina señora. Pasa siempre. Son como animales"...O "no hay otra forma de bajar (eso pasa en todas las estaciones del metro), sólo las escaleras, pero parece que van a poner ascensor"...dato curioso: el metro está funcionando desde 1975. Parece que nadie en Chile se accidentó desde esa fecha hasta por lo menos este otro año...porque, ¿cómo explican que para el andén sólo haya la posibilidad de las escaleras?

¿Y qué pasa con la gente que tiene lesiones permanentes? ¿O sea que no tienen derecho a hacer nada más que aparecer para la teletón? ¿Cómo van a trabajar o a hacer sus trámites? ¿Acaso no pueden ir a algún lugar a pasarlo bien un rato? ¿Y qué pasa si no andan con nadie que los ande trayendo en brazos?

Lamentablemente la experiencia me ha convencido que el show de la Teletón dura un puro día. ¡Tanto que llora la gente durante las transmisiones, y rayan los autos con cartelitos! Muchos donan luca una vez al año y se sienten héroes, pero en la calle la cosa es diferente. ¡tanto show que hacen de ayudar a la gente que no se puede mover...! pura mentira. La verdad está allá afuera. Allá afuera es donde las viejitas de 90 años se tienen que ir de pie para que un gallo quede cómodo con los pies arriba del asiento. Allá afuera es donde los ancianos con parálisis en la mitad del cuerpo tienen que subir y bajar 3 pisos de escaleras empinadas para salir a la superficie. Afuera es donde la gente con lesiones en las rodillas o en la espalda tiene que sentarse en asientos de micro que los hacen resbalarse hacia adelante todo el trayecto. Es en las calles donde se ve que el común de la gente se comporta peor que manada y al verte con dificultades acelera para chocarte y derribarte. Ahí afuera no hay ningún Don Francisco con sentidos discursos que hacen llorar a medio Chile, tampoco hay campañas de "compre para ayudar", "done su peso", "ayude al que le tiemblan las piernas". Afuera los que terminan llorando de impotencia son los que se ven atropellados y agredidos porque tuvieron la mala pata de no poder saltar y bailar como cualquiera.

Tengo mucha pica. Pero la pica tiene que ser productiva. Así es que estoy pensando seriamente en armar algún grupo de defensa a los que pasan por estas penurias a diario. Falta respeto todos los días, no sólo las famosas 27 horas de amor. Falta infraestructura, porque para variar, todos los edificios y transportes son hechos parece por gallegos. Falta regulación y fiscalización (sabían que en el metro Bellas Artes hay un ascensor que te lleva al andén sin pagar? Obvio que se llena de frescos que se quieren saltar el pago). Falta cultura (para mi cultura no es andar en zancos por el Parque Forestal por un festival de no sé qué cosa), y falta gente que se comporte como gente y no como rinocerontes. ¿A palos se logrará? No creo, pero de que dan ganas, las dan.
Creo firmemente que las cosas que a uno le pasan en la vida son para aprender y ayudar a los otros de alguna forma. Hace tiempo que lo vengo meditando y creo que pronto tendrán noticias acerca de mi pequeña revolución para buscar respeto por los que apenas se pueden mover. ¿Alguien se interesa en participar?

Un abrazo,


Lucía

domingo, 19 de abril de 2009

A PORFIADO, PORFIADO Y MEDIO



El otro día me sentí un poco mal en clase. En realidad, tuve ganas de pescar mis cosas e irme. Y si no la pienso un poco más, lo hago. Era eso o acriminarme con mi alumno. Pero, como creo que todavía la paciencia sigue siendo mi mejor atributo, la pensé mejor y me quedé...y no maté a nadie.
¿De dónde tanta rabia? Bueno, hay casos y casos, pero éste diría yo es un caso especial del que no me tocaban ejemplares hacía tiempo. Cada alumno tiene su estilo, pero éste pertenece a los "yo tengo la razón siempre y no importa lo que tú me digas, igual la voy a tener".
Dejando de lado si el asunto te resulta simpático o no, hay que considerar varias cosas...y la primordial es que él me está pagando para que le enseñe. ¿Qué haces entonces si una persona que te paga para aprender de tí, se niega a aprender porque cree que lo que le enseñas no está correcto? Ahí es donde te desconciertas.
¿Qué pasa luego que le explicas los fundamentos de lo que le estás enseñando, y te dice que no está de acuerdo? Ahí es donde te sientes frustrado.
¿Y si para más remate te dice que está bien que le expliques, pero que para él las cosas son igual del modo que él te dice? Ahí es donde te baja la rabia, de frentón.
No es la primera vez que paso por esto, de hecho pasa más seguido que lo que uno quisiera. Allá afuera, en el ancho mundo de la necesidad de aprender inglés, vuelan felices los personajes que prefieren echarle la culpa al profesor por sus reglas tontas antes que asumir que algo les cuesta de puro porfiados. También abundan los que optan por mirarte en menos y decirte pesadeces para demostrarte que son más que tú y que no se note tanto que existe alguien que les gana en algo...Y están los que toman cursos a los que nunca van, para así echarle la culpa a los horarios o al trabajo por no haber hecho lo que tenían que hacer desde un principio: ir a clases.
Estos tres tipos de personajes se sabotean solos. Y te sabotean la clase de paso...y no sé si a propósito o inconcientemente, te echan a perder la reputación también, porque te meten igual en el saco de "profes incompetentes que no me pudieron enseñar"...
- Los porfiados: Les dicen que repitan "ei" y ellos te dicen "ai"...repites "ei", y ellos insisten en "ai"...puedes pasar 10 minutos mostrándoles, explicándoles y dándoles ejemplos de que la letra "A" en inglés se pronuncia "ei" y su respuesta va a seguir siendo "ay, pero yo digo "ai", asi me entiendo mejor..." ¿Para qué, si alguien me puede explicar eso, alguien va a querer contratar los servicios de un profe de inglés que le enseñe desde cero si lo que quiere es entenderse el mismo y no que el resto lo entienda?. A este grupo también pertenecen los graciositos que traducen todos los modismos chilensis para tratar de explicar lo que se les pide (por ejemplo, presentación de un producto), confiados en que uno les va a entender. Hacerlos entender a ellos de que el que uno les entienda no quiere decir que estén hablando bien inglés, sino que es porque yo nací en el mismo país que ellos y conozco los mismos dichos que un gringo no tendría por dónde adivinar...sólo hacerlos entender eso a veces lleva 45 horas. Sí, horas, no minutos. Y es de puro porfiados. Aquí no queda más que aplicar "parada de carros". Se siguen riendo un rato, pero cuando les aclaras diplomáticamente que cada hora que ellos se mantengan en su postura de "me las sé todas" es una hora que perdieron y tienen que pagar igual, se les desinfla un poco el ego y la porfía se va a dormir. El dinero tiene un efecto poderoso en el control de los humos en la cabeza...:)
- Los que te miran en menos. Hay varios ejecutivos que pertenecen a este grupo. Se consideran superiores y desde el primer día de clase te miran de la cabeza a los pies (o a las piernas, lo que encuentren mejor), siempre con cara de "ay, huele mal aquí"...He sabido de casos de profes en las mismas condiciones mías que han terminado llorando y renunciado a las pegas por culpa de estos especímenes...Gracias a Dios, todavía no me la han ganado con sus pesadeces...pero no canto victoria aún. De todas maneras, estoy clara de que es sólo una postura. Porque si te humillan a tí, no se sienten tan mal por meter la pata de vez en cuando en clases. Y vaya que son buenos para cometer errores algunos...Así es que si me salen con algo pesado, les recuerdo cualquiera de sus errorcitos y me pongo a trabajar exclusivamente en ese error y al cabo de diez minutos están como una seda y trabajando como chinos...
- Los que nunca van a clases: Estos son los que más abundan. En cursos grupales, en cursos individuales. Se detectan fácilmente, porque las primeras palabras que pronuncian son siempre "disculpa, es que tenía tantas cosas que hacer" (claro, yo estuve todo el rato viendo la comedia, seguro). Normalmente trabajan a medias...porque están pensando en tooooooodo lo que tienen que hacer. Tampoco entiendo que hayan tomado un curso para el que no tengan tiempo, pero ya ven, hay gente que apuesta, otros que se compran joyas, y otros que botan la plata en cursos que no pescan. Este grupo también reacciona si se les para el carro. Pero tienen dos reacciones distintas: o se ponen las pilas de frentón o te cortan el curso con un "yo te llamo cuando tenga más tiempo libre". Estoy de acuerdo en que a nadie le gusta que le critiquen, pero insisto, ¿para qué hacer las cosas mal hechas? Si no se quiere hacer algo, no se hace. El resto para mí es una mala forma de culpar a todo lo que te rodea por tu fracaso...si al final el que no cumplió fuiste tú.
Bueno, al final se me pasó la rabia con mi alumno el otro día. Le tuve que decir que estaba molesta para que captara el mensaje. En otro post comenté lo difícil que me resulta eso de andar expresando molestia...El me salió con una serie de explicaciones, muy comprensibles por lo demás, de por qué el insistia que las cosas eran de otro modo. Por otro lado, tuve que reiterarle que, si uno está aprendiendo, tiene que irse adaptando a lo que le van enseñando. El inglés interpreta el mundo de otra forma, y eso es lo que hay que asumir. Si para uno en Chile las cosas se dicen así, para ellos puede que se diga al revés, y tienes que asumirlo no más...¿con qué ropa, diríamos acá, voy a convencer a chorrocientos millones de gringos de que el asunto se debe decir de otro modo?...o sea, hay que agachar el moño y aplicar memoria no más...Menos mal que me entendió. De ahí empezó a trabajar como niñito bueno.
Yo por mi parte, terminé el día con un par de antiácidos y pesadillas en la noche. Me estresan las situaciones de conflicto, y hay gente que las encuentra liberadoras...ufff...con razón estaba acostumbrada a tragarme los problemas, pero como decidí cambiarme de chip, me siento como perro sin su árbol...Life is hard, you know?

Un abrazo,

Lucía

viernes, 3 de abril de 2009

¿QUE DEFINE UN BUEN BARRIO?



Hace 6 meses me mudé a este departamento, en una búsqueda existencial simple: quería salir urgente de donde estaba y estar en un lugar bonito. También pensando en quedar más cerca de la pega y pasar menos sobresaltos (menos apretujones en el Chantantiago, menos horas y horas arriba de bus con olor a cebolla, menos horas de sueño perdidas por tener que levantarme casi el día anterior con tal de llegar temprano...), pero parece que "salí para atrás".
Siempre asumí que esta comuna era de las mejores, por su progreso, poder económico, nivel cultural, lo bonita, decentita y limpiecita que se ve y por la gente, sobretodo la gente que uno ve deambular todo el día por acá. Pensé que en general iba a encontrarme con gente de buen vivir, respetuosa de los espacios, de los tiempos, los silencios y las horas de sueño...Pero me he llevado mis desilusiones...O sea, ya tenía asumido que el lugar iba a ser bullicioso, porque estoy metida en el centro neurálgico de la parte empresarial y comercial de la ciudad. Mucho tránsito de vehículos, mucho tránsito de personas a pie, muchas construcciones...hasta ahí todo bien. Pero en el diario vivir es donde uno se encuentra con cosas que te hacen pensar en cuál es el mejor lugar para vivir tranquilo, en el que cuando te acuestes a dormir puedas dormir, o en el que no tengas a una vecina loca golpéandote la puerta para que le des acceso al estacionamiento aunque tú vivas en el tercer piso (y no tengas estacionamiento).
Yo no sé si donde ya me estoy poniendo tecla también me estoy poniendo mañosa, pero a mí me sigue pareciendo mal eso de que los auxiliares no hagan el aseo, o que el administrador trate a garabatos a algún propietario. Voy a enumerar algunas cosas, a ver si me encuentran algo de razón.
1. La gangosa y the flaytes band. No es un grupo musical alternativo. Desgraciadamente son un par de vecinitos, 16 añitos no más, que han elegido los jardines del condominio para juntarse con sus "lindos" amigos. La gangosa es la vecinita que grita como barraco todo el rato, y the flaytes band son sus amigos invitados (de otros lados) con los que juegan al pillarse, a la escondida y cosas varias los viernes, sábado y domingo, a veces hasta las 2 de la mañana. Como todos hablan a los gritos, me he enterado de una buena sarta de cahuines, gorreos, peleas y declaraciones. La peor parte es que el grupo de "the flaytes band" tienden a romper los jardines, los timbres, las puertas de los conductos de gas, se pasan por arriba de la reja, y en general no respetan a nadie que los quiera hacer callar. Se hizo una reunión de todos los propietarios y aún se está viendo cómo resolver el cuento. ¿Mi cartita bajo la manga? 133...jijiji (ya los he espantado un par de veces con eso...)
2. Chuky, chukyta y su clon. Mientras escribo estas líneas escucho desde mi dormitorio cómo la cabra chica (entiéndase niñita de 1 año y medio, vecina del departamento del frente) grita a todo pulmón. Estas serenatas se repiten a intervalos regulares, en la mañana temprano, a mediodía, a media tarde y en la noche...Para más remate tiene una hermanita más grande de unos 4 años, que es igualita a la protagonista de "bota a mamá del tren", más que nada por su actitud (El otro día vio a una señora de 48 años y le dijo: "Y esta tonta fea quién es?"). ¿La mamá? Dulce capullo que se pasea con cara lánguida con sus angelitos, dando pena por ahí porque está sola. Esperen a que cierre la puerta...porque desde la cocina escucho cuando se transforma y deja chico al demonio de Tasmania...transformer total!
3. Endora venida a menos. Esta es la que me tocaba la puerta como condenada el otro día por el asunto del estacionamiento. Dicen que pela cables, parece que es cierto. Lo que yo sí sé es que en su depto se hacen unas reuniones medio esote-histéricas todos los domingos en la mañana. No sé qué es, pero se juntan un montón de viejas que se comunican por skype con una especie de gurú...he tratado de captar las cosas que dice, pero las viejas no me dejan escuchar. El griterío y cacareo se los encargo. Sé que participa un solo hombre. Igual rara la cosa.
4. Los remodeladores. Estos son varios. Todos los fines de semana, a cualquier hora, alguien se pone a taladrar, picar, pulir o clavetear...dejan las puertas de acceso al edificio abiertas, llenas de polvillo blanco, tablones y herramientas a los que hay que hacerles el quite. Van 6 meses y todavía no terminan...¿estarán fabricando un bunker?
5. Flayterío flotante. Tengo supermercado a una cuadra. Ahí hay que soportar a los mecheros que hacen nata, a los que quieren ir al estadio a costa de tu plata, a los que te piden plata porque sí no más, a los que te venden hasta a sus hijos por presa si es necesario, y a los que trabajan en el super, que de repente tienen algún "renuncio" lingüístico, y escuchas a la pasada cómo llaman a los clientes a punta de garabatos.
6. Otros sin clasificación. Aquí incluyo a todos los mismos personajes que he encontrado en los lugares más malos de Santiago...gente sin hogar y con la cabeza mala que se pasea con un carro de supermercado donde llevan su vida, transformistas que de día se ven barbones y de noche le dan cinco patadas a la Bolocco, algunos entes indefinidos (no sabes qué son, ni si vienen o van, porque no sabes dónde tienen la cara debajo de tanta mata de pelo), lanzas, carteristas, cuenteros, y uno que otro drogo que anda dando jugo por ahí.
¿Ha sido siempre así, o me vinieron siguiendo? ¿O es que acaso siempre tuve una idea errada y pensé que las cosas iban a ser mejor? ¿O soy quemada no más?
Ahora me bajó la duda de lo que define un buen barrio. Buena locomoción, cercanía a los centros comerciales, variedad de áreas verdes donde recrearse, gente tranquila...¿queda todavía? Yo imaginaba que éste era un buen barrio. Lindos parques, los hay. Calles limpias, las hay. Gente educada, en general, la hay...pero el roterío siempre es más escandaloso...Gente respetuosa de las horas de sueño...mmmmm...nop. Gente respetuosa de los espacios.....mmmmm nop. Gente a la que le interese la otra gente....mmmmm nop. Gente tranquila....mmmm nop...
Por ahora, sigo fiel a mis tapones para los oídos. Con ellos no escucho las construcciones aledañas que trabajan en las noches, tampoco escucho a Chuky y a sus clones. Claro que a la gangosa y the flaytes band sólo la he podido combatir con mis audífonos y la música a todo chancho, pero eso no me ayuda a dormir...Moraleja: Es bueno hacer un estudio de los vecinos antes de mudarse a otro lugar. Además siempre es bueno contar con un plan B: pasajes para el Valle del Elqui.

Un abrazo,

Lucía



jueves, 26 de marzo de 2009

¿SERA MEJOR UN GRUPO?




Creo que una de las más grandes disyuntivas de la gente que tiene que tomar un curso de idioma está en decidirse por un curso grupal o uno individual.
A primera vista, siempre los cursos individuales asustan, porque implican una inversión de dinero importante, de hecho, más de alguna talla he recibido acerca de que me hago millonaria con mis alumnos...(Believe me, si así fuera, no estaría haciendo clases!!!! Probablemente estaría en Aruba tostando mis piernas fluorescentes...). Los cursos grupales, por otro lado, siempre se ofrecen a precios más módicos, y uno tiende a pensar en el rico ambiente que se crea, de distensión, compañerismo, carrete y cosas afines.
Déjenme sacarlos un poco de ese esquema. Hablemos a colaless quitado: ¿Cuáles son las reales ventajas de uno y otro formato?
A riesgo de salir para atrás con los números (no sería la primera vez), aquí va:

CURSOS INDIVIDUALES:
Ventajas:
1. El profesor está 100% dedicado a uno, eso implica que en avance real, voy a tener la hora completita para equivocarme, que me escuchen, me corrijan, me enseñen y me ejerciten de acuerdo a lo que necesite. Avance óptimo.

2. Curso más corto. Si mi idea era avanzar 1, 2 o 3 niveles, lo normal que me demore en eso será (aproximado, pues depende de características individuales), 60 horas, 120 horas o 180 horas de clases...En cuanto a meses, dependerá obviamente de la frecuencia de las clases.

3. Horarios: De acuerdo a mi disponibilidad horaria. Si no puedo hacer la clase, puedo dejarla para otro día, previo aviso.

4. Material personalizado (para mí solito, exclusivo).

5. Mayor facilidad para expresarse, especialmente cuando se está inseguro de lo que se sabe. Aquí no corre el pánico escénico, no hay nadie que se burle ni que diga cosas que "corten la inspiración".

Desventajas:
1.Sale caro. La inversión es más dolorosa para el bolsillo, digamos, a corto plazo.

2.Tendencia a flojear. Claro, como inevitablemente se es el "regalón" del curso, normalmente aquí la gente se deja estar y no trabaja por su cuenta. Hay remedios para eso. Y duelen...(muajajaja...)

CURSOS GRUPALES:
Ventajas:
1.El costo es inicialmente bastante menor, y el valor de la hora/clase suena tentador...

2.Se pasa bien en la hora de clase, salen buenos chistes, hay gente divertida, uno que otro minazo, etc.
3. Cri-cri...cri-cri...cri-cri...

Desventajas:
1. La hora de clase destinada realmente a cada alumno se debe dividir por la cantidad de participantes...es decir, si son 6 alumnos, el profesor le puede destinar (prestar atención, pescar, darse cuenta de que asistió) ¡¡¡10 MINUTOS!!! por cada hora. O sea, 10 minutos, 2 veces a la semana, 80 minutos al mes...bonito, ah?...Avance mínimo. (Lo increíble es que igual se producen resultados...)

2. Curso más largo. Obvio, con una productividad de 16.6% o a veces de 12.5% por hora, para alcanzar otro nivel de manera decente, puede pasar fácilmente un año...o dos...o tres...Como dicen los gringos: "You do the math" (Uds. saquen la cuenta)

3. Horarios: Es necesario cuadrar la disponibilidad de todos los participantes del grupo. Eso normalmente implica que al menos un par de los participantes quedan con un horario infernal, y tienen que ausentarse la mitad del curso por cuestiones de pega. Bueno, a veces pasa con 3 integrantes. Si no puedo ir a la clase, perdí, porque el curso siguió avanzando. Sólo se suspende la clase en caso de inundaciones, erupciones volcánicas, secuestros armados o que la profesora esté literalmente pata de laucha (aunque normalmente voy a clases igual...sí, me gusta dar pena, OK?)

4. Material: Menos personalizado, pues se debió modificar en pos del avance del grupo. Pocas veces se da la opción de tener contenido extra para cada uno.

5. Menor facilidad para expresarse. Con contadas excepciones, las clases se desarrollan en un principio frente a un grupo de compañeros que miran pero no hablan, porque están muertos de susto. Siempre hay alguno que habla por todos, y normalmente los otros se limitan a escuchar y asentir con la cabeza. El susto a hablar en inglés es normal, típico y cuesta que se pase. De hecho, hay mucha gente que quedó traumada y que nunca más quiso hablar porque algún desatinado se rió de él o le dijo que se fuera a un curso más bajo. Para los que se están iniciando, las experiencias de cursos grupales de inglés pueden ser una pesadilla, por lo que hay que tener mucho tacto para motivarlos a seguir. Cuesta, pero se logra. Por otro lado, para esos alumnos que hablan hasta por los codos, resulta latoso escuchar a alguien que recién está juntando las palabras.

6. Tendencia a flojear. Claro, como los otros van a hacer los ejercicios, no estudio. Van a ir los compañeros, así es que mejor me voy de shopping. Obvio que después vienen las quejas.

A mí, monetariamente hablando me conviene tener muuuuuchos cursos grupales, que duren ojalá unos 5 años cada uno. Así tengo trabajo y platita segura por mucho tiempo. Total, los alumnos no se quejan, y lo que pagan mensualmente es poco por cabeza...Pero me hace sentir una mafiosa...prefiero privilegiar el trato personalizado, y los que han tenido clases conmigo se dan cuenta de la diferencia. De hecho, cada vez que alguien me pide una cotización le envío no sólo los precios, sino que todas las explicaciones posibles de cómo funciona esto...incluído un cálculo de avance real por alumno en el caso de los cursos grupales.
Total, el cliente decide, y yo por lo menos me quedo tranquila de que se los dije. ¿Taré mal?

Un abrazo,

Lucía




lunes, 16 de marzo de 2009

HAY MAS GENTE EN EL MUNDO



Lunes, 7:30 de la mañana...voy bajando en manada por la escalera del metro y sujetando con una mano la cartera, llaves, botellita con agua y tarjeta BIP! .Con la otra voy manoteando para afirmarme de la baranda, para no provocar el primer accidente del día. Nadie va lento, todos con cara de urgidos a la pega, bajamos a ritmo de cumbia, soplados, hasta que llego al famoso torniquete. Ahí una señora de ésas que uno no sabe qué edad tienen, pero siempre se parecen a la mamá de alguien, está haciendo un feroz taco, buscando tranquilamente en su cartera...Lento, lento, más lento...Se arma la fila detrás de ella, pero ella arremete toda digna con la tarjetita reluciente y la pasa por el lector...tiriririri....tiriririri....luz roja. "Señora, avíspese, la tarjeta no tiene plata"
- dice alguien. Ella toda despistada dice: "Ah, no? Bah..."-mientras se da vuelta lentamente rumbo a la caja. En ese intertanto, surgen apretones, agarrones, empujones y varias otras palabras que terminan igual. Nadie quiere llegar atrasado y nadie tiene tiempo que perder. Yo voy livianita, porque total me lleva el grupo. No sé en qué momento me bajaron por el segundo tramo de escaleras y me voy acercando al andén.
Otro taco...una niña con cara de estudiante de algo va pendiente del Ipod y no deja pasar a nadie, pues ocupa todo el espacio que puede. Segunda vez en el día que la misma frase se me cruza por la mente: "Avanza, no estai sola en el mundo"...Primero fue con la señora de la tarjetita, luego la niña del Ipod...en el trayecto a mis clases me encontré con 4 o 5 ejemplos más: Gente que está tan entretenida mirándose el ombligo que no ve que alrededor está lleno de gente con las mismas o más necesidades urgentes que suplir.
Más ejemplos, hace un rato atrás una clienta potencial quería que modificara todos mis horarios de la tarde para hacerle clases a ella, porque no podía en otro horario...Para eso, tenía que correr las clases de 4 clientes antiguos, y acomodara en un horario especial. Además tenía que hacerle precio. Obviamente tuve que decirle que no, de la manera más diplomática posible...pero nuevamente me quedé pensando...sorry, pero hay más gente en el mundo, right? Mis clientes merecen respeto, y el servicio que vendo está íntimamente ligado al tema del horario escogido por cada uno...
Otro ejemplo: Hace unas semanas hubo un problema eléctrico donde vivo, por lo que de un paraguazo nos quedamos a oscuras...día domingo, 9 de la noche, cero posibilidad de arreglo. Corrimos a buscar velas unos, corrieron a tratar de arreglar el desperfecto aunque fuera mirándolo más de cerca otros...pero había un personaje que lo único que preguntaba era: "Lucía, ¿tienes un alargador?"..."Oye XX, ¿tienes un alargador?". Claro, había descubierto que había una zona aledaña con luz, y ella lo único que quería era un alargador para enchufar su tele...qué bueno que nadie tenía (ja! si, soy perversa y qué!), porque me dio rabia que en ese momento sólo pensara en ella...como si no existiera nadie más.
Ultimo ejemplo: Estoy comprando un pollo asado (típico relajo de día domingo) y mientras espero que me atiendan, llega un tipo que podría haber sido primo de Pepe Cortisona. La misma parada, la misma caradura, pero diferentes facciones. El también quería un pollo. Pero empezó a fregar a la niña que atendía porque encontró que el pollo era muy chico (¿alguien ha visto algún pollo de tamaño decente en los negocios de pollo asado?), después le dio conque no estaban bien dorados, luego siguió conque tanto que se demoraban...y por último, le dio conque se le estaban derritiendo los helados (tal cual, pero no me quise reir en su cara, lo dejé para más tarde), que lo dejara pasar antes. Ya nos tenía chatos. ¿Cuál era la justificación para dejarlo pasar antes? Ni por feo le habría resultado. Menos mal que la niña ya estaba quemada con sus comentarios, así es que se hizo la loca. Ahí también pensé que este tipo está convencido que el mundo se lo hicieron a él.
Hay una gran cantidad de especímenes dándose vueltas por ahí que podrían jurar de guata que el universo entero gira alrededor de ellos. Pasan por delante tuyo aunque te choquen y te dejen como puerta giratoria, te dan un codazo en las costillas para avanzar más rápido, se sientan en medio de dos asientos en la micro, se estacionan en medio de dos espacios en el mall, avanzan cada 15 minutos en la fila del banco, se sientan en el suelo en el metro, te tiran el humo del cigarrillo cuando estás esperando la luz para cruzar la calle, se saltan la fila para pagar las cuentas, llegan tarde y no te dicen ni pío, o te dejan plantado sin explicar ninguna cosa, o te hacen llegar a la clase, reunión, prueba o lo que sea, para decirte (después de una hora, eso sí) que no te van a poder atender porque "surgió algo"... Yo me pregunto: ¿Y a ellos quién les dijo que el tiempo de ellos vale más que el de uno? ¿Quién les dijo que son más valiosos, o más importantes, o más lindos, o más perfumados o más especiales? ¿Será algo que comen y yo no consumo? Lo único que tengo claro es que Dios nos hizo todos iguales, por lo que soy absolutamente democrática en este asunto: mi espacio es tan valioso como el suyo...mi tiempo es tan valioso como el suyo...mi trabajo es tan valioso como el suyo...mi vida personal es tan valiosa como la suya...¿Por qué entonces voy a tener que modificarla sólo yo para que nos podamos entender en este mundo? ¡Me niego!
Así es que, a los personajes citados en los ejemplos, la próxima vez que los vea, les voy a reclamar la falta de consideración. A la señora lenta de la tarjeta BIP!: "Señora, por favor no haga taco, la tarjeta debería tenerla lista y cargada para viajar en esta hora". A la niña del Ipod: "¿Me dejas pasar? Tu vas relajada escuchando música, pero de aquí para atrás, vamos todos apurados a la pega". Al Pepe Cortisona del pollo: "A la fila, a la fila, todos tenemos hambre y llegamos antes que usted". Y a la del alargador..."¿Sabes? Estamos todos en el mismo problema, sería bueno que ayudaras, total la tele no es tan importante...hay gente que estaba trabajando".
Mmmm...en realidad no sé si seré capaz de decírselos, me da plancha. Pero de que lo voy a pensar, lo voy a pensar. En una de ésas me atrevo y logro hacer mi pequeño aporte a la convivencia mundial con un "desamermelamiento masivo", enseñándole a unos cuantos que no están solos en el mundo.
De ahí les cuento cómo me fue.
Un abrazo,

Lucía


domingo, 15 de marzo de 2009

RESPONSABILI...QUÉ???



Es increíble. Con este asuntito del blog he confirmado eso de que uno se puede inspirar con cualquier cosa y en cualquier momento para
escribir.

Así es como, a raíz de chascarros varios, plantones, actitudes extrañas, y un par de desilusiones por ahí, decidí referirme esta vez a la responsabilidad. Si. No había palabras más cortas. Sorry.
Si me pusiera a buscar palabras que me definieran, inevitablemente una de las primeras palabras que va a saltar es ésa. Prefiero quedarme sin almuerzo, tomar taxis, correr como loca todo el día, postergar cualquier actividad de recreo con tal de no dejar a alguien plantado...ni qué decir eso de faltar a la pega...impensable. Lo curioso es que, mientras mi afán por no fallarle al otro para algunas personas representa una actitud enfermiza, para otros (y ojo, que este grupito va en aumento) da lo mismo si te quedaste esperando como tonta que te llamaran para confirmar la hora en que iban a celebrar TU cumpleaños, o te levantaste más temprano porque tenías LA clase, o tenías que terminar de manera el famoso proyecto que te desveló toda la semana.
Yendo y viniendo de una empresa a otra he visto muchas cosas. He visto alumnos que te llaman 45 minutos después de que debía haber empezado su clase para decirte que acaban de aterrizar en otra ciudad. (Cuack!). Bueno, si es que te llaman, porque a veces te quedas con el plantón no más. También he visto ingenieros que no llegan a la reunión de coordinación del proyecto más importante del año...y después llegan preguntando por el aguinaldo!. He visto clientes que hacen cambiar el horario de un abogado, lo dejan sin hora de almuerzo, y después no llegan, ni llaman. He visto profesores (y esta es la parte que me interesa a mi) QUE NO LLEGAN A HACER SU CLASE DE INGLES SIN NINGUNA EXPLICACION, Y SIMPLEMENTE DEJAN BOTADO EL CURSO (for ever!). Tengo un alumno que el año pasado estuvo 6 meses tratando de adivinar si su profe le iba a hacer clase ese día o no...
¿En qué mundo estamos? Yo nací en una época en que la palabra de uno valía más que el pasaje de la micro. El incumplimiento de lo que uno había prometido era más importante que muchas cosas, porque a la larga redundaba en credibilidad. Ahora, a la gente le da lo mismo si el cliente se pierde por mala atención, si no llegaste a la comida con tus amigos, si no enviaste el informe cuando debías, si alguien dejó de hacer cosas que debía (o quería, o necesitaba hacer) por estarte esperando...total...(esta es la parte que rellenan con una excusa "mula" que pretende acallar su conciencia).
¿Y qué pasa con esa gente? Los he observado (me estaré volviendo psicópata al acecho?), y en general viven frustrados.
Si uno les pregunta, están súper bien, pero basta tocar un par de puntos más finos y empiezan a salir las taras: es que las cosas no me resultan, es que no tengo control de nada, es que no sirvo para trabajar con horarios, es que no sé por qué tengo tan mala pata en la pega, es que no sé por qué...blablabla...
El otro día una amiga muy sabia me decía: no soporto a la gente que alega y alega acerca de su situación...pero nunca hace nada por resolverla...Y tiene razón. Porque ser irresponsable en general, ser irresponsable con la propia vida, ser irresponsable con los otros no es más que una forma barata y fácil de auto-sabotaje.
He aquí algunos ejemplos:
Evento: Gestión de documentos varios.
Acción a realizar: Ir a la oficina correspondiente y gestionarlos.
Chiva: "Mañana me levanto temprano y lo hago, no he tenido tiempo, lo hago sin falta mañana".
Resultado: El personaje se levantó a las 12 del día y se hizo el loco. No mueve ningún papel y generalmente acumula una cuenta impaga o pierde el beneficio al que iba a postular.
Excusa: No tuve tiempo, tenía mucho que hacer (He visto gente perder hasta bienes inmuebles con este método)

Evento: Obtención de trabajo (free-lance)
Acción a realizar: Ir a domicilio URGENTE a realizar el trabajo solicitado (flete, reparación, análisis, clase). Pago inmediato.
Chiva: "Mmmm...en realidad tengo el horario copado". Variación: "Noooo".
Resultado: Bolsillos planchados. Falta de clientes. Mal humor. Acidez.
Excusa: "Es que esta gente cree que uno tiene que partir corriendo cada vez que te llaman...si uno tiene vida, poh".

Evento: Realización de clase (de cualquier cosa)
Acción a realizar: Ir al lugar de la clase, según horario acordado y realizar su trabajo como corresponde.
Chiva: .....(silencio)
Resultado: Cliente perdido (a veces empresas completas). Falta de clientes, falta de dinero, mal humor, dientes cariados (esto es de mi cosecha...jajaja)
Excusa: "Nooo...dejé de ir porque era muy temprano/tarde/lejos/complicado/etc".

Según yo, debería haber detectores de responsabilidad.Brazalete Blanco: Muy responsable (requiere de lavado para mantener limpio). Brazalete de color: Está haciendo el intento. Brazalete negro: huyan, ni siquiera es capaz de lavar el brazalete. La responsabilidad dice mucho de una persona, especialmente si uno va a pagarles por un servicio. Habla de respeto por el otro, habla de hacer bien su trabajo, habla de quererse uno mismo, habla de poder salir adelante por los propios medios...a un responsable nunca le va a faltar la pega ni la comida...Así es que ojo a quienes anden en búsqueda de soluciones profesionales...si el tipo falla una vez, es mejor pensar que es falla de fábrica, porque la mala costumbre no se quita. Si falla dos veces, ya es merecedero de paliza. Si falla tres veces, es mejor que le peguen a uno, por leso.

Un abrazo,

Lucía



sábado, 31 de enero de 2009

¡NO A LOS CHANTAS!

Día a día me sorprendo más con la capacidad de algunas personas de vivir al borde de la ley. Inventan negocios, crean ilusiones, venden pomadas y sin escrúpulo alguno, se ganan la vida a costa del pago de cosas que nunca cumplen.

Parece que en lo que se refiere al idioma, la cosa es peor.

Aún recuerdo mi primera incursión en la Capacitación en Empresas. Era a través de un personaje extraño, con cara de indio sioux, primer nombre inglés, más chileno que los porotos y modales cortantes. Se presentaba a sí mismo como “Don …”. Para hacer más fácil el cuento, lo vamos a llamar “Don Este”.

Don Este tenía un inglés espantoso, pero se creía mino. Se ganaba la vida proporcionando Capacitación en Idiomas para las empresas. Hacía unas pocas clases él, pero lo que no le tincaba se lo pasaba a sus “profesoras estrellas”, como nos llamaba. Ser profesora estrella implicaba buscar el material, diseñar el curso, pagarse la locomoción, hacer las clases y evaluaciones y al final del mes cruzar los dedos para que pudiera pagarnos. Siempre se quejaba antes de soltar su cheque. Sin querer me fui dando cuenta que por hacer todo el trabajo yo, me estaba pagando una décima parte de lo que él cobraba por hora…y que de paso estaba vendiendo un programa completo de estudios que nunca existió. Un día, Don Este me llamó a las 7 de la mañana, evidentemente ebrio, aunque según él “enfermo del estómago” (a mi nunca se me ha puesto la lengua traposa en esas circunstancias), para que partiera a toda velocidad a hacer una clase al otro lado de la ciudad a reemplazarlo. Tendría que haber tomado un taxi, y de paso ducharme y vestirme arriba del mismo. En ese momento, mientras le decía que no, me decidí a trabajar por mi cuenta.

Han pasado 15 años desde entonces, y aunque los personajes presentan variaciones, me he topado seguidito con muchos chantas en el camino. Y lo que es peor, con las víctimas de los chantas.

Los chantas son variados. Algunos son grandes elefantes blancos que han basado su prestigio en una gran inversión en publicidad. Otros, son pequeños oseznos que venden una pomada por un tiempo, pero pronto desaparecen del mercado por haber caido en las manos de la justicia. Otros, andan sueltos, como tiburones, buscando incautos en las empresas, casi siempre a través de conocidos. Después de “operar” el conocido termina casi siempre desempleado, o por lo menos, con ganas de no recomendar a nadie nunca más en la vida.

Veamos en más detalle:

  1. Elefantes blancos: Generalmente se inician con un gran capital, y el creador siempre vende la historia del pobre inmigrante que tuvo que aprender inglés a martillazos (o a patadas, o con un diccionario en vez de almohada)…la historia sigue con que decidió patentar su método y que nos trae la primicia a Chile (¿alguien sabe por qué siempre se vienen a Chile?). Resultado: abra el diario, la guía de teléfonos, la puerta o el refrigerador, ahí está siempre su propaganda. Cuentan con clientes que han estado años estudiando ahí. Tienen como mil niveles de aprendizaje. Lo que no entiendo por qué esos clientes todavía no pueden hablar inglés…Raro, ¿no?
  2. Oseznos: Estos aparecen de la nada. Un día uno va caminando por el centro y de repente alguien te abraza y te dice que la vida es bella y a los 5 minutos estás firmando 20 pagarés, 10 letras y un testamento donde le dejas todo al instituto de idiomas. A cambio, tu cerebro comenzará a transmitir en frecuencia inglesa en 24 horas más, sólo tienes que asistir a clases regularmente con otros 20 personajes más, comprar el material, firmar esta otra cosita y te regalan un bolso, un monedero, un lápiz pasta fosforecente y un tatuaje en el ombligo. Resultado: Gente en Dicom por cobro adelantado de pagarés y letras, reclamos en distintos portales en Internet. Todavía no tengo el honor de conocer a alguien que haya hecho estos cursos. Sólo conozco gente que los paga sin asistir.
  3. Tiburones: Estos son los peligrosos. Si los oseznos te dejaban endeudado, éstos son capaces de vender tus órganos además. Como normalmente trabajan en solitario, tienen ingresos más reducidos, por lo que tienen más ganas de cazar. Generalmente llegan a ti por un aviso con clases muy baratas. O también a través de un conocido. Se presentan con su camisita blanca y su corbatita (o con una pintita bien a la moda si son mujeres), obviamente con su carpetita bajo el brazo (llena de Curriculums, Certificados de Título, referencias y una pila de fotocopias). Llegan con el cuento aprendido de los Cursos de Inglés, aprendizaje garantizado (¿cómo puedes garantizar un aprendizaje? ¿devuelves al alumno si no te entiende?), modismos, idioms (no, no me faltó una letra, generalmente hablan intercalando palabras en inglés, para hacerse más gringos), y se lanzan con el discurso de los precios por niveles…Que si es más avanzado es más caro, que si es a cierta hora, es más caro, que si es todo en inglés es más caro. Generalmente trabajan con horas pedagógicas (45 minutos) y te fuerzan a hacer 2 horas mínimo por clase. Resultado: lo más útil de las clases fue aprender cómo insultar a tus amigos sin que te entiendan, aprendiste los colores en un libro fotocopiado, te mostraron unas diapositivas con todas las explicaciones gramaticales (si, ¡para eso tuviste que arrendar un datashow!) y te pegaron una estrellita en el cuaderno por hacer la tarea. Ahora optaste por inscribirte en un instituto, porque estás convencido que eres demasiado obtuso para aprender inglés.

Y así se va rotando la gente por todo el sistema: de Elefante blanco a osezno a tiburón, a elefante blanco de nuevo. Cada cierto tiempo, alguien rompe el círculo, analiza lo que quiere y cómo quiere aprender y se lanza a buscar a alguien que le enseñe y no lo engrupa. Aquí es donde empiezan a escuchar las recomendaciones de los amigos...igual pueden pasar años en esa búsqueda...

No importa, sigan buscando, aquí los espero.


Un abrazo,

Lucía



lunes, 26 de enero de 2009

¿POR QUE NO UN GRINGO?


Trabajar de manera continua ya es difícil en mi rubro, pues los cursos vienen y van y generalmente terminan cuando uno más necesita generar ingresos…a fin de año. Así empieza la búsqueda de pegas alternativas que nos socorran en los meses de calor, que para nuestro bolsillo, son los más helados. Pero para hacer las cosas más complicadas, en muchas ocasiones se cierra la posibilidad de un buen curso por esa típica frase rompe-ilusiones: “Yo quiero clases con un gringo…”

Desde el día 1 en que comencé este trabajo hasta la semana recién pasada me he topado constantemente con esa frasecita tonta que me da lata, me da pica y me dan ganas de cambiar de nacionalidad por unos 3 meses no más.

Y no es que tenga algo contra los gringos, ni me da lata que sean mi competencia. Lo que me da lata es que a la gente le cueste tanto entender algo muy simple: LA MAYORIA DE LOS GRINGOS NO SABE ENSEÑAR INGLES.

Insisto, no hablo de picada, tengo mis fundamentos, y los que conocen el rubro me van a encontrar la razón. ¿Cómo que en qué me baso? En lo siguiente, fácil:


  1. La gran mayoría de los gringos (insisto, no todos) que enseñan inglés en Chile vienen de paso por unos meses y buscan ganarse unos pesos para abaratar los costos del viaje. Se presentan en un instituto u Otec, los entrevistan y los capacitan una semana y los envían generalmente a los clientes más importantes…para lucirse con los relatores internacionales.
  2. El nivel cultural de estos gringos que menciono en general es bastante mediocre. Les falta vocabulario, tienen muuuuchas faltas de ortografía, y a falta de léxico apropiado muchas veces se sacan el pillo enseñando todos los garabatos que se saben en inglés. En realidad, en más de una ocasión he discutido esto con mis colegas, y literalmente es como poner a un flayte a enseñar español…a ejecutivos. Los pobres alumnos no se dan ni cuenta.
  3. La mayor parte de estos gringos no sabe cómo enseñar. Nadie les indicó nunca cómo se van introduciendo de manera progresiva los conocimientos en la cabecita de los alumnos. Nadie les enseñó de metodología, ni de contenidos gramaticales, ni de funciones lingüísticas, ni tampoco de cómo enseñar pronunciación. No saben qué errores esperar, cuáles evitar, cómo corregirlos. No saben que cuando uno está al frente tiene que estar preparado para cualquier eventualidad sin perder el control ni el objetivo fundamental de la clase. No saben enfrentar las dudas tampoco. Varias veces me ha tocado supervisar a gringos, y la gran respuesta que dan para explicar algo es “porque es así”. A mi (como a todos los profes de inglés) me entrenaron 5 años para NO dar esa respuesta. Tuve que aprender cómo hablamos español, cómo aprendemos inglés, por qué nos cuesta y cómo podríamos llegarlo a hablar…aprendí los errores tipicos y los no tanto, los sonidos que cuestan, las palabras engañosas, los ejercicios que ayudan en casos extremos, las actividades más enriquecedoras, y un sinfín de cosas que no alcanzo a nombrar acá. Un gringo apurado sabe que en Chile le decimos gringos a todos los que vienen de un país de habla inglesa…
  4. Son fomes. Para enseñar lo más típico que se les ocurre es llegar con un diario en inglés, una fotocopia. Se la pasan a su alumno-víctima para que la lea. Luego comentan lo leído. O sea, zzzzzzzzz…¿qué más puedo decir? ¡Y una que se vuelve mono buscando libros, canciones, diálogos, películas, chistes, ejercicios interactivos, softwares y cosas varias para que la clase no destiña!

Pero ésa es la realidad. Son mi competencia. Tienen muchas fallas, pero también muchos adeptos. Y después de 3 o 4 experiencias de “tuve-un-profe-gringo-pero-no-resultó”, ELLOS, los benditos alumnos vienen a mí. Mansitos, llenos de trancas, dan pena algunos. Ahí yo sonrío y me preparo mentalmente: “hay que entrar a picar…”


Un abrazo,


Lucía


sábado, 17 de enero de 2009

¿TIENE CODIGO SENCE?


No hay caso. Empecé el año con la misma pesadilla de siempre: tratando de convencer a a un posible cliente-alumno de que todos mis cursos se pueden hacer por SENCE. Eso me va a llevar su tiempo y al final no sé en qué vamos a quedar. Y no es porque no sea cierto, tampoco es porque el asunto sea difícil de entender…pero siempre termino dándome de cabezazos con la misma barrera: Recursos Humanos.

Yo no sé qué pasa, pero en todos mis años de circo me he encontrado con cada especimen a cargo del área de capacitación…(y aquí que me perdonen todos los honorables Jefes de Recursos Humanos que sí saben hacer su trabajo…yo hablo de los que no). Les voy a explicar:

Casi todas las empresas (que tributan en 1ª categoría) tienen derecho a capacitar a sus trabajadores. Para eso, hay 2 formas…(DOS, no una, ni una y media, ni una tres cuartos)…La más conocida es contratando el curso que necesite a una OTEC y la segunda es ORGANIZANDO UN CURSO INTERNO DE EMPRESA. En este caso, la empresa contrata a un relator (interno si es de su misma empresa o externo si viene de afuera de la empresa, como yo). Fácil y bonito. Obviamente que hay algunas diferencias:

  1. Curso contratado con OTEC: El curso ya está aprobado por SENCE y tiene un código que lo identifica. Aquí todo el papeleo lo realiza el OTEC. Generalmente son caros, porque hay muchos costos fijos que los OTEC deben solventar.
  2. Curso interno de empresa: El curso necesita aprobación de SENCE. Aquí la empresa hace todo el papeleo, y cuando el SENCE lo aprueba, le da su código identificador, pero para usarlo una sola vez. El trato es directo entre el relator y la empresa…harto más barato que con un OTEC de por medio, sólo lo que cobra el relator.

¿Ven? No tiene ninguna complicación. Lo malo es que cada vez que le cuento esto a mi alumno-potencial y lo comunica al área de capacitación, se ponen nerviosos, se demoran una semana haciendo llamados para todos lados y al final no saben qué hacer. Yo empecé trabajando para un OTEC y todos estos años he sobrevivido gracias a los cursos internos de empresa, así es que a estas alturas me hago hasta trencitas con el cuento. ¡PERO LA GENTE DE CAPACITACION DE LAS EMPRESAS NO TIENE IDEA! Para qué decir el resto de los trabajadores…

Le he buscado hartas explicaciones a esto, y para variar saqué mis propias conclusiones:

a) La gente de capacitación (insisto, salvando las honrosas excepciones) no tiene idea de trabajar con Sence. Toda la normativa y los procedimientos están en la página del Sence, uno los puede bajar, imprimir, averiguar por teléfono, ir para allá, etc. La información es un poco latera, pero es fácil de entender. Hagan una prueba: Pregúntenle algo de esto a la gente de capacitación…altiro los van a llamar por la otra línea, o van a ver pasar volando a Farkas por la ventana o se van a desmayar para no responder la pregunta...se los doy firmado. Obviamente si ellos no saben, menos va a saber el resto de la gente que trabaja en la empresa.

b) Gran cantidad de empresas veneran y siguen fervorosamente a los OTIC. No, no se comen. Los OTIC son organismos SIN FINES DE LUCRO que “guían” a las empresas en esto de la capacitación. Sin embargo, tener un OTIC es excelente negocio…porque son dueños de uno o varios OTEC, y cuando alguien quiere por casualidad hacer un curso interno de empresa, ellos “arriendan” el famoso código a la empresa y lo hacen pasar como que el curso lo hizo el OTEC (tienen inscritos cursos de todo tipo)…la tajada que se llevan es de entre un 5 y un 10% del valor que cobre el relator. Si no les gusta, dicen que otra forma es imposible, total para eso les hicieron firmar un contrato.

c) La gente de capacitación (con las excepciones que dije) no tiene idea de trabajar con Sence. Sí, lo puse dos veces, porque me parece espantoso.


Ahora que me estoy lanzando con mi propio OTEC voy a pasar menos malos ratos de este tipo, pero de seguro me van a aparecer otros. Entretanto, cuando me salgan de nuevo con la preguntita de si mi curso tiene código Sence, obligada a respirar hondo y tomarme un antiácido…total yo sé que tienen código igual.

Un abrazo,

Lucía