lunes, 12 de enero de 2009

LO BARATO CUESTA CARO


Una de las grandes desventajas de mi vida profesional es el tener que batallar constantemente con mis clientes para convencerlos de pagar un precio justo. Ya sean clases particulares o a empresas, siempre hay uno o varios clientes que encuentran que mis servicios son caros.

Yo, por otro lado, estoy convencida de lo contrario. De hecho, he mantenido el mismo precio/ hora por más de 10 años, y que yo sepa, todavía no me he hecho millonaria.

Yo creo que todo está en cómo mira cada uno este asunto de las clases: Mirado desde el punto de vista del cliente, pagar diez mil pesos por hora, dos veces por semana, es caro. Con eso pagan un mes de bencina, o se compran un par de zapatillas o una chaqueta…Mirado desde el punto de vista mío, es barato, porque lo que están aprendiendo les permitirá incrementar sus ingresos hasta en un 100%. Con un par de zapatillas nuevas no van a causar ninguna impresión en una multinacional. Pero sí pueden encontrar un nuevo trabajo mucho mejor remunerado.

De todas maneras, la parte de concretar el tema de las clases para mí es una tortura. La conversación típica que se produce es: -“Me interesa, pero el precio es muy caro…¿no me podrías hacer una rebajita?”...A eso yo respondo: -“Me encantaría, pero no puedo. Mis honorarios incluyen material, asesoría permanente y horario flexible, clases personalizadas y a domicilio...”. Ahí es donde contra-atacan y me dicen: -“Sí, pero en internet yo he visto avisos en que te ofrecen clases hasta por 3 lucas, curso individual”…Ahí es donde tengo que usar todo mi poder de convencimiento y explicarles que a veces esos avisos los ponen estudiantes o gringos que nunca han enseñado. Que los cursos grupales en algunos institutos a veces tienen a 18 personas tratando de captar la atención del profesor y que a la larga lo que invertirìan conmigo en un par de meses, lo terminan pagando en cursos que duran 2 o 3 años. Pero igual a veces no pescan.

En fin, a la vuelta de los años, me vuelvo a topar con la misma gente, que han tomado las clases de 3 lucas. Ahí la conversación es distinta. Después de contarnos cómo estamos y qué fue de nosotros, me dicen lo siguiente: -“Fíjate que he tomado como 4 cursos de inglés, pero no aprendí nada…en realidad, yo entiendo lo que me dicen, pero como que no sé cómo formar las frases para hablar…¿Y tú cuánto me cobrarías por las clases?”. Ahí es donde me hago la lesa, como que nunca negociamos antes, y les doy el precio. La respuesta no se hace esperar: “Mmmm….en realidad me interesa…pero igual lo encuentro un poco caro…¿no podrías hacerme una rebajita…?”

Un abrazo,

Lucía

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