domingo, 19 de abril de 2009

A PORFIADO, PORFIADO Y MEDIO



El otro día me sentí un poco mal en clase. En realidad, tuve ganas de pescar mis cosas e irme. Y si no la pienso un poco más, lo hago. Era eso o acriminarme con mi alumno. Pero, como creo que todavía la paciencia sigue siendo mi mejor atributo, la pensé mejor y me quedé...y no maté a nadie.
¿De dónde tanta rabia? Bueno, hay casos y casos, pero éste diría yo es un caso especial del que no me tocaban ejemplares hacía tiempo. Cada alumno tiene su estilo, pero éste pertenece a los "yo tengo la razón siempre y no importa lo que tú me digas, igual la voy a tener".
Dejando de lado si el asunto te resulta simpático o no, hay que considerar varias cosas...y la primordial es que él me está pagando para que le enseñe. ¿Qué haces entonces si una persona que te paga para aprender de tí, se niega a aprender porque cree que lo que le enseñas no está correcto? Ahí es donde te desconciertas.
¿Qué pasa luego que le explicas los fundamentos de lo que le estás enseñando, y te dice que no está de acuerdo? Ahí es donde te sientes frustrado.
¿Y si para más remate te dice que está bien que le expliques, pero que para él las cosas son igual del modo que él te dice? Ahí es donde te baja la rabia, de frentón.
No es la primera vez que paso por esto, de hecho pasa más seguido que lo que uno quisiera. Allá afuera, en el ancho mundo de la necesidad de aprender inglés, vuelan felices los personajes que prefieren echarle la culpa al profesor por sus reglas tontas antes que asumir que algo les cuesta de puro porfiados. También abundan los que optan por mirarte en menos y decirte pesadeces para demostrarte que son más que tú y que no se note tanto que existe alguien que les gana en algo...Y están los que toman cursos a los que nunca van, para así echarle la culpa a los horarios o al trabajo por no haber hecho lo que tenían que hacer desde un principio: ir a clases.
Estos tres tipos de personajes se sabotean solos. Y te sabotean la clase de paso...y no sé si a propósito o inconcientemente, te echan a perder la reputación también, porque te meten igual en el saco de "profes incompetentes que no me pudieron enseñar"...
- Los porfiados: Les dicen que repitan "ei" y ellos te dicen "ai"...repites "ei", y ellos insisten en "ai"...puedes pasar 10 minutos mostrándoles, explicándoles y dándoles ejemplos de que la letra "A" en inglés se pronuncia "ei" y su respuesta va a seguir siendo "ay, pero yo digo "ai", asi me entiendo mejor..." ¿Para qué, si alguien me puede explicar eso, alguien va a querer contratar los servicios de un profe de inglés que le enseñe desde cero si lo que quiere es entenderse el mismo y no que el resto lo entienda?. A este grupo también pertenecen los graciositos que traducen todos los modismos chilensis para tratar de explicar lo que se les pide (por ejemplo, presentación de un producto), confiados en que uno les va a entender. Hacerlos entender a ellos de que el que uno les entienda no quiere decir que estén hablando bien inglés, sino que es porque yo nací en el mismo país que ellos y conozco los mismos dichos que un gringo no tendría por dónde adivinar...sólo hacerlos entender eso a veces lleva 45 horas. Sí, horas, no minutos. Y es de puro porfiados. Aquí no queda más que aplicar "parada de carros". Se siguen riendo un rato, pero cuando les aclaras diplomáticamente que cada hora que ellos se mantengan en su postura de "me las sé todas" es una hora que perdieron y tienen que pagar igual, se les desinfla un poco el ego y la porfía se va a dormir. El dinero tiene un efecto poderoso en el control de los humos en la cabeza...:)
- Los que te miran en menos. Hay varios ejecutivos que pertenecen a este grupo. Se consideran superiores y desde el primer día de clase te miran de la cabeza a los pies (o a las piernas, lo que encuentren mejor), siempre con cara de "ay, huele mal aquí"...He sabido de casos de profes en las mismas condiciones mías que han terminado llorando y renunciado a las pegas por culpa de estos especímenes...Gracias a Dios, todavía no me la han ganado con sus pesadeces...pero no canto victoria aún. De todas maneras, estoy clara de que es sólo una postura. Porque si te humillan a tí, no se sienten tan mal por meter la pata de vez en cuando en clases. Y vaya que son buenos para cometer errores algunos...Así es que si me salen con algo pesado, les recuerdo cualquiera de sus errorcitos y me pongo a trabajar exclusivamente en ese error y al cabo de diez minutos están como una seda y trabajando como chinos...
- Los que nunca van a clases: Estos son los que más abundan. En cursos grupales, en cursos individuales. Se detectan fácilmente, porque las primeras palabras que pronuncian son siempre "disculpa, es que tenía tantas cosas que hacer" (claro, yo estuve todo el rato viendo la comedia, seguro). Normalmente trabajan a medias...porque están pensando en tooooooodo lo que tienen que hacer. Tampoco entiendo que hayan tomado un curso para el que no tengan tiempo, pero ya ven, hay gente que apuesta, otros que se compran joyas, y otros que botan la plata en cursos que no pescan. Este grupo también reacciona si se les para el carro. Pero tienen dos reacciones distintas: o se ponen las pilas de frentón o te cortan el curso con un "yo te llamo cuando tenga más tiempo libre". Estoy de acuerdo en que a nadie le gusta que le critiquen, pero insisto, ¿para qué hacer las cosas mal hechas? Si no se quiere hacer algo, no se hace. El resto para mí es una mala forma de culpar a todo lo que te rodea por tu fracaso...si al final el que no cumplió fuiste tú.
Bueno, al final se me pasó la rabia con mi alumno el otro día. Le tuve que decir que estaba molesta para que captara el mensaje. En otro post comenté lo difícil que me resulta eso de andar expresando molestia...El me salió con una serie de explicaciones, muy comprensibles por lo demás, de por qué el insistia que las cosas eran de otro modo. Por otro lado, tuve que reiterarle que, si uno está aprendiendo, tiene que irse adaptando a lo que le van enseñando. El inglés interpreta el mundo de otra forma, y eso es lo que hay que asumir. Si para uno en Chile las cosas se dicen así, para ellos puede que se diga al revés, y tienes que asumirlo no más...¿con qué ropa, diríamos acá, voy a convencer a chorrocientos millones de gringos de que el asunto se debe decir de otro modo?...o sea, hay que agachar el moño y aplicar memoria no más...Menos mal que me entendió. De ahí empezó a trabajar como niñito bueno.
Yo por mi parte, terminé el día con un par de antiácidos y pesadillas en la noche. Me estresan las situaciones de conflicto, y hay gente que las encuentra liberadoras...ufff...con razón estaba acostumbrada a tragarme los problemas, pero como decidí cambiarme de chip, me siento como perro sin su árbol...Life is hard, you know?

Un abrazo,

Lucía